
Dicen los abuelos que el ambil es el “Compañero del pensamiento”, este debe ir siempre acompañado del mambe en tanto este dota y nutre el poder de la palabra y armoniza el pensamiento. Su carácter y sabor es más fuerte ya que se ve representado en la figura masculina, la cual brinda claridad al escuchar y permite ordenar ideas para que, a la hora de conversar, siempre haya un buen recibimiento de parte y parte.
El ambil se hace a partir de la cocción lenta de hojas de tabaco con sales vegetales en agua. Este debe revolverse durante largas horas hasta lograr un jarabe o jalea oscura. Ella se aplica en las encías y en la lengua para que se vaya diluyendo lentamente con el mambe.
Para las comunidades indigenas que hacen uso del ambil, se trata de un elemento clave en la armonización y limpieza del entorno. El ambil fortalece la palabra y bajo la cosmovisión indigena, brinda la sabiduría para extender el conocimiento espiritual y práctico hacia toda la comunidad.
Mientras que el mambe esclarece, concentra y despeja el espiritú, el ambil complementa para exteriorizar mediante la palabra, el estado interno que ha prepado el mambe.
El acto de mambiar implica disciplina y responsabilidad, ya que a través del uso de las plantas anteriormente mencionadas el cuerpo físico potencia sus estados anímicos y su metabolismo, generando estados alterados de consciencia donde se puede evidenciar una concentración mayor y un nivel de escucha y auto observación más alto que en el estado normal de cualquier ser humano, por esto durante la práctica del mambeo los participantes logran una mejor retentiva de las enseñanzas y conceptos que los sabedores ponen en la conversación, generando esto como resultado un aprendizaje continuo de cómo vivir la vida en una felicidad permanente en contacto con la naturaleza interior y la exterior que rodea al ser humano.
– El fin de este blog es netamente contenido informativo.
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